En el mundo de la imagen existen varios mitos acerca del buen vestir, su importancia, el protocolo, la delgada línea entre el buen gusto y la superficialidad, entre muchos otros. Descubramos la verdad acerca de algunos de estos mitos alrededor de la imagen.
¿Realmente importa la primera impresión?
Claro al conocer a alguien por primera vez tardamos alrededor de 7 y 30 segundos en formarnos una opinión acerca del otro, de tal modo que, casi instantáneamente, nuestra mente percibe si esa persona que acabamos de conocer nos transmite confianza o no. La vista es más rápida que el oído.
El poder de la primera impresión es sumamente importante, cuida tu apariencia, tu vestimenta, tu comportamiento y se te abrirán muchas puertas.
¿Tener una buena imagen es sólo cuestión de saber de moda y estilo?
Una buena imagen implica mucho más que sólo vestir bien. Requiere de un profundo autoconocimiento:Descubrirse y de la coherencia entre el SER y la indumentaria con la que me comunico , tener un adecuado lenguaje corporal, practicar la prudencia, una buena actitud, ejercer un liderazgo persuasivo y no autoritario, vestir con elegancia y estilo, o sea, no ser víctima de la moda sino reconocer lo que nos favorece de acuerdo a nuestro tipo de cuerpo y rostro.
¿Realmente importa la primera impresión?
Claro al conocer a alguien por primera vez tardamos alrededor de 7 y 30 segundos en formarnos una opinión acerca del otro, de tal modo que, casi instantáneamente, nuestra mente percibe si esa persona que acabamos de conocer nos transmite confianza o no. La vista es más rápida que el oído.
El poder de la primera impresión es sumamente importante, cuida tu apariencia, tu vestimenta, tu comportamiento y se te abrirán muchas puertas.
¿Tener una buena imagen es sólo cuestión de saber de moda y estilo?
Una buena imagen implica mucho más que sólo vestir bien. Requiere de un profundo autoconocimiento:Descubrirse y de la coherencia entre el SER y la indumentaria con la que me comunico , tener un adecuado lenguaje corporal, practicar la prudencia, una buena actitud, ejercer un liderazgo persuasivo y no autoritario, vestir con elegancia y estilo, o sea, no ser víctima de la moda sino reconocer lo que nos favorece de acuerdo a nuestro tipo de cuerpo y rostro.
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